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En los tiempos que corren, la mayoría de personas de las sociedades avanzadas no vive una vida auténtica. Cada vez hay más personas con depresión, ansiedad y otros problemas emocionales. Otra gran parte de la sociedad, simplemente siente que la vida es desabrida, que se necesita suerte para ser feliz o incluso mucho dinero. Una de las causas principales de estos patrones de vida es la Baja Tolerancia al Dolor.
Otra de las causas es la falta de compromiso con la vida. Si eres una persona con este perfil, lo que te pasa es que cuando estás ante experiencias que puede hacer más valiosa tu vida, pero conllevan riesgos, incomodidades, o incluso dolor, te auto-engañas pensando que realmente no te importan. Estas experiencias valiosas, pero no exentas de dolor, pueden ser cosas tan sencillas como disfrutar de un día de playa a pesar de la ansiedad que me supone no tener empleo, o iniciar una relación sentimental, a pesar de la desconfianza que hay en el interior por el engaño sufrido por la relación anterior.
Este auto-engaño es una forma de ocultarte a ti mismo/a lo que quieres en la vida y, de este modo, evitar tu propia vulnerabilidad. La lógica inconsciente es: “Si no me importa, no sufriré”. Sin embargo, esta actitud ante la vida es más dolorosa incluso que si no te importara. ¿Por qué? Es cierto que probablemente consigas evitar parte del dolor esporádico, punzante, agudo asociado a cualquier experiencia en la vida, pero, por contraposición, obtendrás el dolor constante, sordo, embotador de no estar viviendo una vida de modo verdaderamente auténtico.
La persona que vive una vida auténtica se caracteriza, fundamentalmente, por 4 cosas:
1. TIENE VALORES Y VIVE EN FUNCIÓN DE ELLOS.
Una vida auténtica únicamente se puede llevar a cabo teniendo valores y actuando momento a momento en coherencia con los mismos. La persona que vive una vida auténtica es aquella que tiene claro sus valores y que hace lo necesario para avanzar en la dirección de esos valores que ha elegido. De este modo, cada momento de su vida tiene sentido, porque está constantemente dentro de procesos que la llevan en dirección a los valores.
2. TIENE TOLERANCIA AL DOLOR.
Otra característica fundamental es que, está dispuesta a aceptar cualquier tipo de molestia, incomodidad o dolor que aparecerá indudablemente en el proceso. No niega el dolor, tampoco se refriega en él, pero lo acepta.
3. TIENE UN COMPROMISO CON LA VIDA.
La persona que vive una vida auténtica dá, diariamente, pasos decididos en la dirección en la que quiere encaminar su vida. También tiene momentos en que se pierde, se desorienta o se desanima, como todo el mundo, pero pronto se pone de nuevo a la acción, porque está comprometida con vivir una vida valiosa.
4. TIENE METAS DEFINIDAS PARA DESARROLLAR SUS VALORES.
Los pasos que son necesarios seguir para definir metas son:
Identificar tus valores propios.
Desarrollar metas que te permitan moverte en la dirección a tus valores.
Poner en marcha acciones que te permitan alcanzar dichas metas.
Trabajar con las barreras internas que puedan limitar la acción.
Ten en cuenta:
Una meta bien definida responde afirmativamente a las siguientes cuestiones: ¿Es práctica? ¿Se puede alcanzar? ¿Funciona en tu situación actual? ¿Te conduce en la dirección de alguno de tus valores?
Es importante que elijas metas asequibles y realistas.
Es más importante el proceso que el resultado. “La meta es el proceso mediante el cual el proceso se convierte en meta”.
Establece metas a corto plazo y a largo plazo. Esto te permitirá establecer un camino graduado en pasos y tener indicadores para medir tus logros.