Manuel, a raíz del desempleo quedó en calle. Allí estuvo 2 años, hasta que percibió la Prestación Canaria de Inserción y consiguió normalizar su vida y alquilar un piso. La PCI se acabó hace algo más de un año, y hoy en día, está en calle nuevamente. ¿Dónde está la integración? ¿De qué ha servido la PCI?
Una prestación de este tipo, por sí sola, no integra. La persona para salir adelante requiere disponer de autonomía vital y para ello el factor fundamental es disponer de ingresos económicos. Los ingresos por parte del trabajo, en España, son una utopía para las personas que se encuentran en situación de exclusión social grave. Primero, porque tenemos un mercado laboral altamente exclusógeno y discriminatorio (fuera mayores de 45 años, personas con baja cualificación, mujeres, inmigrantes, etc.) y segundo porque, el trabajo se ha convertido en precario, tanto que un alto porcentaje de trabajadores y trabajadores se encuentran en situación de exclusión social y pobreza.
Se requieren de políticas públicas que aborden de raíz esta problemática. Es urgente la Renta Básica, vivienda de protección pública, políticas activas de empleo y mayor inversión en servicios y recursos sociales.
Una de las adversidades más graves y dolorosas que sufren las personas que se encuentran en esta situación es LA INVISIBILIDAD y LA SOLEDAD. La sociedad no las mira, nadie les dirige una mirada, nadie les toca el hombro, nadie les regala una palabra de comprensión… Cuando nos cruzamos con una de ellas, enseguida cambiamos de acera para “que no nos pida limosna”. Esto lleva como resultado que la persona sin hogar se SIENTE NADIE, SIN DIGNIDAD, SUCIA, perteneciente a NINGÚN SITIO, DESAMPARADA, SIN SENTIDO PARA VIVIR….
La investigación de las últimas 3 décadas en el ámbito de la resiliencia ha llegado a la conclusión de que, tener al menos UN VÍNCULO AFECTIVO incondicional, es uno de los pilares para poder salir adelante. En el caso de Manuel, y de otras muchas personas sin hogar, este vínculo es SU PERRO. Con Manuel descubrí (porque antes era sólo teoría escrita en manuales universitarios) la importancia que tiene un perro en la vida de una persona sin hogar. Sin embargo, sería ideal que también fuese un amigo, una amiga, una pareja, su hija…
¿Cómo salir adelante si no puedo tener una pareja? ¿Cómo hacerlo si no puedo traer a un amigo a ver el partido de fútbol a “mi casa”? ¿Cómo hacerlo si temo que mi hijo se entere que soy un don nadie? ¿Cómo estar feliz si el único objetivo en la vida es sobrevivir? Ante esta situación, ¿No perderíamos todos y todas el sentido de la vida?
Es a través de la vivienda que se satisfacen necesidades básicas como la protección, sanidad, seguridad y bienestar, así como otras necesidades psicosociales, como la identidad, el sentimiento de pertenencia, el arraigo y la privacidad. La vivienda se considera un factor de integración de primer orden y por esta razón está recogida como derecho en distintos documentos nacionales e internacionales, la Constitución Española entre ellos. Sin vivienda todo esto es inaccesible. Sin vivienda, la vida no es vida. Con la situación de crisis económica, las políticas de austeridad y los recortes en servicios sociales, se ha disparado la cifra de personas en situación de riesgo o exclusión residencial y continúa aumentando.
¿PARA CUÁNDO LA INTEGRACIÓN DE LAS PERSONAS SIN HOGAR?