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ASÍ ES COMO RAZONA UN/A TRABAJADOR/A SOCIAL

Actualizado: 25 jul 2020


El contenido de esta entrada está basada en el curso de Diagnóstico Social que imparte Jonathan Regalado para el Instituto Español de Trabajo Social Clínico, y que ya acumula más de 27 ediciones.


 


El trabajador o trabajadora social, para llegar a comprender la situación y problemática por la que está atravesando una persona con la que interviene, usará fundamentalmente dos métodos, o más bien, llevará a cabo una utilización simultánea e interrelacionada de ambos. Un método es la recopilación de evidencias, y el otro es la extracción de inferencias. Posteriormente, partiendo del conjunto total de inferencias, llegará a una interpretación y definición de la dificultad social, lo cual es una inferencia de un nivel de abstracción mayor que el conjunto del que ha partido.


La evidencia social es el hecho o conjunto de hechos en los que se basan las inferencias llevadas a cabo por el trabajador/a social. La inferencia es proceso de razonamiento a través del cual se pasa de unos hechos conocidos a otros desconocidos, aplicando reglas generales. También será una inferencia llegar a formular una regla general a partir de muchos casos particulares observados, así como el establecimiento de un nuevo hecho sobre un caso particular a partir de una regla general. (Richmond, 2005). Por lo tanto, se trata de un proceso que permite ir de lo particular a lo general, y que conlleva el desempeño de un competencia profesional de tipo cognitivo - intelectual.




A modo de ejemplo, vamos a llevar a cabo procesos de inferencia para que el alumnado pueda ver con claridad el proceso de elaboración de inferencias.


Caso: Varón de 57 años que acude a consulta con un diagnóstico de depresión. Solicita ayuda para superarla. Considera que ha sido el desempleo el causante de su cuadro de salud emocional actual. Algunas de las principales hipótesis, dentro de la dimensión laboral, planteadas por el trabajador/a social son: ¿esta persona sufre una situación de exclusión laboral? ¿O por el contrario es una situación coyuntural? ¿Qué ha causado el desempleo? ¿Dispone de recursos para incorporarse al mercado de trabajo? ¿Cuáles están siendo los obstáculos para lograr su objetivo laboral?



Conjunto de hechos 1.

  • Varón de 57 años de edad.

  • Se encuentra en situación de desempleo desde hace 4 años.

  • Nivel de instrucción correspondiente a estudios primarios sin terminar.

  • Experiencia laboral en el sector de la construcción.

  • No dispone de la Tarjeta Profesional de la Construcción.

  • No tiene conocimiento ni manejo absoluto de la informática ni internet.

  • No habla idiomas distintos del castellano.

  • Afirma no estar en búsqueda activa de empleo porque con su edad nadie le dará trabajo y las empresas prefieren contratar a inmigrantes.

  • El sujeto afirma que sólo aceptaría trabajar en el sector de la construcción.

Inferencia simple 1. La relación de estos hechos, conocidos y comprobados a través de la entrevista y la observación de fuentes documentales, y comparados con el modelo de referencia que aporta el instrumento utilizado para clasificar la situación social, puede permitir al trabajador/a social realizar la inferencia siguiente: el sujeto presenta escasos recursos personales para el empleo.


Regla general aplicada. La regla general que el trabajador/a social está aplicando es que, los recursos personales para el empleo dependen del nivel alcanzado por el sujeto en cuatro variables: la formación académica, la experiencia laboral, la cualificación y la motivación para el empleo.


Conjunto de hechos 2.


Si además, se tiene en cuenta otros hechos conocidos y comprobados (mediante estudios y estadísticas oficiales) como que:

  • Las personas mayores de 45 años tienen altas dificultades para incorporarse al mercado de trabajo.

  • El sector de la construcción en la ciudad presenta una nula oferta de puestos de trabajo.

  • No existen políticas activas de empleo en la comunidad autónoma de residencia.


Inferencia 2. En este caso se puede llevar a cabo la inferencia de que existen dinámicas estructurales en el mercado de trabajo que obstaculizan la incorporación del sujeto al mismo por crisis y variables críticas de edad.


Regla general aplicada. La exclusión laboral es una problemática de naturaleza estructural, por lo que existen factores exógenos al sujeto que están actuando como excluyentes, inhibidores u obstaculizadores de la incorporación al mercado de trabajo.


Conjunto de hechos 3:

  • El interesado manifiesta sentimientos de tristeza e ira durante las tres entrevistas realizadas.

  • Afirma de manera reiterada en las diversas entrevistas que es un fracaso como persona y un inútil.

  • Cuando se le pregunta por sus cualidades y talentos afirma que no tiene.

  • Cuando se le pregunta por los aspectos que tiene que mejorar enumera 12, la mayoría basado en generalizaciones.

  • Su mujer e hija de 17 años de edad, refieren que el entrevistado siempre está preocupado por lo que la gente opina sobre él, que le afectan mucho las críticas y que se enfada con facilidad.

  • La escala de autoestima administrada da como resultado autoestima baja.


Inferencia simple 3: El sujeto evaluado presenta un nivel de autoestima y autoconfianza distorsionada por defecto.


Regla general aplicada: Una persona tiene un nivel adecuado de autoestima y autoconfianza cuando manifiesta confianza en sus capacidades para conseguir lo que se propone y es capaz de adaptarse a las circunstancias. Cuando expresa sentimientos de inutilidad o de falta de valía personal su autoestima/autoconfianza estará distorsionada por defecto.


Conjunto de inferencias simples:


  • Escasos recursos personales para el empleo.

  • Dinámicas estructurales en el mercado de trabajo que obstaculizan la incorporación del sujeto al mismo por crisis y variables críticas de edad.

  • El sujeto evaluado presenta un nivel de autoestima y autoconfianza distorsionada por defecto.


Inferencia compleja. El sujeto sufre una situación de exclusión laboral provocada por la interrelación dinámica entre factores de naturaleza estructural e individual.


Regla general aplicada. La exclusión laboral es una problemática de naturaleza estructural, multidimensional y dinámica. En su naturaleza y mantenimiento actúan tanto factores estructurales, como ambientales e individuales, en dinámica retroalimentación. La autoestima influye, tanto en la consecución como el mantenimiento del empleo.



Como se puede observar, otra característica de las inferencias es que pueden tener diferentes grados de complejidad y se ordenan de manera jerárquica. La complejidad de la inferencia vendrá determinada por la cantidad de hechos que ha sido necesario recopilar para llegar a ella. De este modo, de un conjunto de inferencias simples interrelacionadas se puede obtener una inferencia compleja, y de un conjunto de inferencias complejas interrelacionadas otra a su vez más general.

Evidentemente no se trata de un proceso lineal, sino circular y en constante retroalimentación con la realidad social (evidencia). Una inferencia simple es determinar la existencia de “privación material severa” al observar una familia no puede permitirse, por razones estrictamente económicas, 6 de los 9 indicadores que establece el indicador AROPE europeo para la medición del riesgo de pobreza y exclusión social. Una inferencia compleja es determinar una “situación de exclusión social”, pues hemos de basarnos en numerosas inferencias simples que versen sobre todos las dimensiones necesarias para evaluar la exclusión social (económica, laboral, formativa, vivienda, salud, relaciones sociales y competencias/habilidades). Bajo esta inferencia hay una enorme cantidad de hechos, que han servido de fundamento para llegar a inferir esa posición en la estructura social.


La validez de cualquier regla general va a depender del número de casos particulares que se hayan observado que cumplan la regla, de la ausencia de excepciones y de la precisión de la observación (Richmond, 2005). Por lo tanto, hemos de apoyarnos en la analogía, es decir, el proceso en el que se utiliza como elemento de comparación el conocimiento acumulado a través de la experiencia profesional y los casos similares vistos en el pasado por el/la trabajadora social. No obstante, las reglas generales han de emanar, de manera primordial, de los resultados de estudios científicos, estadísticas, teorías fundamentadas y respaldadas científicamente por el trabajo social y otras disciplinas. Es lo que se conoce como procedimiento de diagnóstico en base a modelos.


Para llevar a cabo una inferencia hemos de realizar un hipótesis, recopilar la evidencia necesaria para refutarla y realizar un proceso de razonamiento metódico de interrelación y comparación (con analogías y modelos de referencia) que nos permita llegar a una inferencia válida para el caso en cuestión. Es imprescindible que el trabajador/a social tenga clara la diferencia entre los hechos y las inferencias, la confusión entre ambos es un obstáculo insalvable en el estudio social y por lo tanto, puede determinar la validez y rigurosidad de un diagnóstico social. Un hecho es un elemento tangible, un suceso que puede afirmarse con absoluta certeza (Richmond, 2005): los testimonios de las personas entrevistadas, sus pensamientos y emociones, el resultado de las pruebas estandarizadas, las inferencias de otros profesionales o sistemas (diagnósticos clínicos o sentencias judiciales, por ejemplo), los resultados de los estudios científicos, los datos estadísticos, etc. La inferencia, por el contrario, es una conclusión a la cual se llega a través de un proceso de razonamiento metódico, tomando como base el conjunto de hechos recabados en el estudio social, es decir, la evidencia social.


Richmond (2005), muy atinadamente, partía de la tesis de que el valor probatorio de las evidencia a las que pueden acceder las ciencias sociales, no es equiparable a los hechos en las ciencias exactas, por lo que "para el trabajador social de casos, los hechos posiblemente relacionados con el diagnóstico y el tratamiento son tan numerosos que nunca puede estar seguro de que un hecho que ha pasado por alto podría haber alterado la apariencia completa de la situación". No obstante, la autora considera que es posible compensar de manera parcial esta limitación conociendo bien los tipos de evidencia y evitando los errores propios de cada tipo.


Evidencia real: son los hechos captados por los sentidos del trabajador/a social y obtenidos mediante una observación directa.


Evidencia testimonial: se trata de las declaraciones y afirmaciones que realizan las personas que participan en el estudio social. Hay que distinguir además, entre el testimonio que realiza una persona que ha percibido directamente el presunto hecho y aquél que realiza basándose en lo que le ha contado otra persona. Se recomienda basar el estudio social en testimonios de observadores directos.


Evidencia circunstancial: en esta categoría se incluye todo lo que no encaja en lo anterior, es decir, que no es una evidencia real y un testimonio relacionado directamente con el asunto concreto que se está analizando.


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