En España y otros países donde aún sobrevive (agonizando) la ideología de la exclusividad sobre la clínica y subjetividad humana, es frecuente escuchar argumentos en contra de que el Trabajo Social Clínico intervenga en los procesos de prevención, tratamiento y promoción de las personas que presentan desajustes psicosociales, entre ellos, los conocidos como trastornos mentales.
En primer lugar, es necesario aclarar que la finalidad del Trabajo Social Clínico NO ES diagnosticar y tratar trastornos mentales (aunque en EE.UU se encargan del diagnóstico y tratamiento del 80% de la población afectada). Tampoco pretende ocuparse de manera exclusiva de la mente y el cerebro. Ni mucho menos! para eso ya están otras disciplinas que ostentan una gran experticia en este sentido, como lo son la Psicología, la Psiquiatría, la Neurología y la Neurociencia.
Nuestro objeto disciplinar es la persona en interacción con su entorno social, cultural y político. Nuestra tarea, en cuanto a trastornos mentales se refiere, es intervenir en los factores psicosociales que lo están determinando, y las consecuencias que el trastorno genera en la vida personal, familiar y social de la persona que lo sufre.
La clínica del Trabajo Social es la única que se vincula la terapia con intervenciones sociales para promover la vinculación e integración de la persona con su entorno. Es la única clínica que dispone del conocimiento y legitimidad para poner al servicio de la terapia los recursos económicos, sociales y comunitarios necesarios para que el bienestar de la persona no sólo sea sólo “mental y bioquímico”, sino integral.
Sin embargo, nuestro ámbito de actuación va más allá de los contextos de salud y salud mental. Prácticamente todas las críticas del sector ortodoxo (y poco informado) de otras disciplinas están dirigidas a luchar y litigar por la apropiación EXCLUSIVA del nicho (de mercado económico y laboral) de la salud mental y los trastornos mentales. Argumentos, por ejemplo, que aluden a que el trabajador social no tiene formación suficiente para trata la depresión y la ansiedad. Como si la depresión y la ansiedad fueran una cosa integrada, unificada, con un esencia inmutable, fija, cerrada. Como si fuera la ansiedad y la depresión la que coge la cita y se sienta en nuestro sofá.
No “misielo”. No se confundan. Al Trabajo Social no le obsesiona el diagnóstico, sino la persona que está detrás de él. Y como es bien sabido, una persona, está conformada por algo más que biología y mente. Y lamentablemente, ni la Psicología ni la Psiquiatría pueden ni podrán abarcarlo todo. El conocimiento especializado que tiene el Trabajo Social sobre los factores sociales, culturales, políticos y estructurales que determinan en el malestar humano, y que contribuyen a su solución, es lo que hace imprescindible que el Trabajo Social Clínico encuentre en España el lugar que le corresponde.
En este sentido, es reconfortante encontrar como la misma Asociación Americana de Psicología (APA) reconoce la especialidad del Trabajo Social Clínico y su competencia para administrar psicoterapia. La APA es una organización científica y profesional que fue fundada en 1892. Es la mayor asociación mundial de psicólogos del mundo: cuenta con 150.000 asociados y un presupuesto anual de 70 millones de dólares.
La APA ha publicado el documento denominado “What is the Difference Between Psychologists, Psychiatrists and Social Workers?” (¿Cuál es la diferencia entre psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales?). En base a la información de este documento, respondamos a las siguientes cuestiones que generan mucha controversia en los países donde aún se cree que alguna disciplina ostenta la exclusividad sobre la clínica y la psicoterapia.
¿Son los Psicólogos o psiquiatras los únicos que pueden hacer psicoterapia?
La APA afirma:
“Los profesionales que brindan psicoterapia incluyen psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, consejeros clínicos profesionales licenciados, terapeutas matrimoniales y familiares con licencia, consejeros pastorales y enfermeras psiquiátricas. De ese grupo, los más comunes son los psicólogos, los psiquiatras y los trabajadores sociales. Todos estos profesionales están capacitados para ofrecer psicoterapia, pero existen diferencias en su educación y capacitación”.
¿Qué estudios tiene un trabajador social para ejercer práctica clínica?
Bachillerato (Grado) en Trabajo Social.
Máster en Trabajo Social.
Formación de posgrado en comportamiento humano, psicoterapia y recursos comunitarios.
Supervisión clínica: De dos a tres años de trabajo clínico supervisado.
¿Dónde considera la APA que está el rasgo distintivo de la psicoterapia del Trabajo Social con respecto a otras disciplinas?
"Los trabajadores sociales están capacitados para realizar psicoterapia, con un énfasis particular en conectar a las personas con la comunidad y los servicios de apoyo disponibles allí".
Por tanto, ¿es la psicoterapia exclusiva de alguna disciplina?
La respuesta es un rotundo NO. La Declaración de Estrasburgo de 21 de octubre de 1990 de la Asociación Europea de Psicoterapia, se establece que "la Psicoterapia es una disciplina científica independiente (por lo tanto no es Psicología, Psiquiatría, Trabajo Social...) [...] a la que se accede a través de varias cualificaciones preliminares, en particular en ciencias sociales(como el Trabajo Social) y humanas". De este modo, con su definición (y su práctica cotidiana), la organización profesional de psicoterapia de mayor rango europeo legitima la práctica psicoterapéutica desde el Trabajo Social y la desliga de manera exclusiva de la Psicología y la Psiquiatría. Las principales entidades de Psicoterapia en España y Europa permiten la acreditación a profesionales del Trabajo Social (FEATF, FEAP y EAP).
El sector ortodoxo de la disciplinas “Psi” en España ha de comenzar a abrir la mente, dado que ni siquiera, dentro de su misma disciplina a nivel internacional, encontraran los avales suficientes para apropiarse de manera exclusiva de la intervención en la subjetividad humana.
¿Quieres saber más sobre el Trabajo Social Clínico?
Consulta la GUÍA BREVE DE TRABAJO SOCIAL CLÍNICO