La mayoría de las personas de las sociedades actuales tiene una BAJA TOLERANCIA AL DOLOR (B.T.D), por no decir nula, especialmente en los países "de primer mundo". Esta es una de las causas filosóficas y psicológicas que ocasionan que 350 millones de personas en el mundo sufran depresión, siendo ésta la principal causa mundial de discapacidad.
EL DOLOR FÍSICO Y PSÍQUICO ES NORMAL y todo el mundo lo experimenta. Todo el mundo sentirá en innumerables ocasiones en su vida dolor físico, vergüenza, tristeza, angustia, miedo y pérdidas; tiene recuerdos embarazosos y humillantes; y lleva consigo secretos dolorosos. Ser humano implica sentir dolor.
No obstante, SENTIR DOLOR NO ES LO MISMO QUE SUFRIR. Dolor y sufrimiento son dos cosas diferentes. Sufrir implica una actitud de lucha contra el dolor, de no aceptación, y un sentimiento de incapacidad para sobrellevarlo. Sufrir implica una actitud personal ante la vida, una elección. Por tanto, el dolor es compatible con la felicidad y la vida plena. El sufrimiento no.
Tener clara la premisa que el dolor es parte de la vida, integrarla en nuestra conciencia y aceptarla, va a permitir que aumente nuestra resistencia al dolor y, con ello, la multitud de problemas y trastornos derivados del sufrimiento, la depresión entre ellos.
Es necesario aprender a pasar del sufrimiento al COMPROMISO CON LA VIDA. Mas que luchar contra el dolor (nosotr@s mismo@s), se trata de empezar a vivir una vida plena a pesar de éste. Una vida en la que cada día realicemos actos valiosos que desarrollen nuestros valores. Una vida que nos permita decir, cuando estemos en nuestro lecho de muerte, ha merecido la pena, me voy satisfech@.
El enfoque de la Terapia de Aceptación y Compromiso puede enseñarnos mucho al respecto. Recomendación bibliográfica.